Cirugía estéticaToxina botulínica

Claves de la toxina botulínica: bótox

Eliminar las arrugas y líneas de expresión es posible gracias a la utilización de la toxina botulínica tipo A, también conocida como bótox. Se trata de un relleno que se inyecta en el rostro para acabar con las arrugas, las patas de gallo, los surcos en la frente y las líneas verticales del entrecejo. Los pacientes que acuden a la clínica del doctor Gómez Bravo buscan la eterna juventud en su aspecto facial y nosotros, lo cumplimos a la perfección, solucionando todas y cada una de sus demandas.

El bótox también se emplea para otros tratamientos que no son los meramente estéticos como las temidas migrañas, los espasmos musculares que se producen en los globos oculares, así como ciertas dolencias en cuanto a la coordinación. Como podemos observar, gracias a las inyecciones de toxina botulínica tipo A, obtenemos una serie de beneficios estéticos y saludables.

Intervención del bótox en nuestro organismo

La primera pregunta que debemos responder a los pacientes que acuden por primera vez a la consulta del doctor Gómez Bravo es: ¿cómo funciona la toxina botulínica una vez que ha sido inyectada? Gracias a estas dosis limitadas de toxina botulínica, lo que conseguimos es liberalizar la acetilcolina. La siguiente duda que nos surge, evidentemente, es: ¿qué es la acetilcolina? Tiene como función principal controlar las contracciones de los músculos. Entonces, lo que hace la toxina botulínica en este procedimiento, es bloquear la sustancia química que produce la acetilcolina para hacer que las líneas de la piel comiencen a alisarse.

Con el alisamiento promovemos la desaparición paulatina de las arrugas. Como curiosidad añadida sobre la toxina botulínica tipo A o bótox, es que se lleva empleando en la cirugía desde el año 2002, tratando de solventar los problemas estéticos de millones de personas en el mundo desde entonces. Todo ello, llevando rigurosos controles por parte de la Sociedad Americana de Medicamentos y Alimentos (FDA) que lo catalogan como un procedimiento no invasivo.

Reducción de las arrugas en un 75% gracias al bótox

¿Cuándo comenzamos a ver los primeros resultados tras la operación con la toxina botulínica tipo A? Los pacientes que se ponen en manos del doctor Gómez Bravo quieren ver rápidamente los resultados en su rostro con la desaparición de las arrugas. Una semana después del tratamiento, ya empezamos a notar la mejoría. Las personas que deciden someterse a esta intervención oscilan entre las siguientes edades: 35 y 60 años, respetivamente.

En cuanto a la mecánica propiamente dicha de la toxina botulínica tipo A nos encontramos con el siguiente procedimiento. El cirujano plástico es que tiene la mayor responsabilidad. En este caso, el doctor Gómez Bravo. Desde nuestra clínica, recomendamos ponernos siempre en manos de profesionales para resolver cualquier tema médico, ya que nuestra salud está en juego. La intervención con el bótox no precisa de anestesia. Pero, lo que sí suele hacerse, es poner una crema anestésica en la zona a tratar.

La duración de la operación con toxina botulínica dependerá de la complejidad de la misma. Puede llegar hasta los veinte minutos en total. Al tener que hacer una inyección en el rostro para colocar el bótox, es normal que los pacientes tengan ciertas molestias durante esos breves instantes. Sucede igual que cuando vamos al dentista a hacer un empaste y sentimos el pinchazo de la anestesia. No hay nada por lo que debamos alarmarnos.

La cantidad de toxina botulínica inyectada es una decisión que tomará el cirujano plástico al cargo de la operación. Después, procedemos a colocar en las zonas previamente delimitadas el relleno de bótox, debajo de la piel.  Y a partir de ahí, las toxinas de bótox, tienen la labor de controlar las terminaciones nerviosas de los músculos para que la acetilcolina no continúe segregándose y la contracción del músculo haga su función definitiva.

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